Cuando la gente dice que no le importa lo que los demás piensen de ella, en la mayoría de los casos se engaña a sí misma. Generalmente sólo quieren decir que harán lo que les plazca, en la confianza de que nadie conocerá sus caprichos; y a lo sumo sólo que están dispuestos a actuar en contra de la opinión de la mayoría porque cuentan con la aprobación de sus vecinos. No es difícil ser poco convencional a los ojos del mundo cuando tu falta de convencionalidad no es más que la convención de tu conjunto.