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  • La verdadera sandía sureña es una bendición aparte, y no debe mencionarse con cosas más comunes. Es el principal lujo de este mundo, rey por gracia de Dios sobre todos los frutos de la tierra. Cuando uno la ha probado, sabe lo que comen los ángeles. No fue una sandía sureña lo que Eva tomó: lo sabemos porque se arrepintió.