-
La vida es un juego con muchas reglas pero sin árbitro. Se aprende a jugar más observándola que consultando cualquier libro, incluido el libro sagrado. No es de extrañar, pues, que tantos jueguen sucio, que tan pocos ganen, que tantos pierdan.
La vida es un juego con muchas reglas pero sin árbitro. Se aprende a jugar más observándola que consultando cualquier libro, incluido el libro sagrado. No es de extrañar, pues, que tantos jueguen sucio, que tan pocos ganen, que tantos pierdan.