-
Yo era el mono verde, el paria. Y no tenía amigos. Ni unos pocos amigos, ni un buen amigo, ni la aceptación a regañadientes de otros inadaptados y marginados. Estaba solo. Apestosamente solo, sin siquiera un compañero de juegos imaginario.
Yo era el mono verde, el paria. Y no tenía amigos. Ni unos pocos amigos, ni un buen amigo, ni la aceptación a regañadientes de otros inadaptados y marginados. Estaba solo. Apestosamente solo, sin siquiera un compañero de juegos imaginario.