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  • Cuando veo el estado ciego y miserable de los hombres, cuando contemplo el universo entero en su muerte, y al hombre abandonado a sí mismo sin luz, como perdido en este rincón del universo sin saber quién lo puso allí, qué tiene que hacer, o qué será de él cuando muera, incapaz de saber nada, me siento aterrorizado, como un hombre transportado en sueños a una isla desierta aterradora, que se despierta completamente perdido, sin medios para escapar. Entonces me maravillo de que un estado tan miserable no lleve a la gente a la desesperación.