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  • Mi argumento contra Dios era que el universo parecía tan cruel e injusto. Pero, ¿cómo había llegado yo a esta idea de lo justo y lo injusto? Un hombre no llama torcida a una línea a menos que tenga alguna idea de una línea recta. ¿Con qué estaba comparando este universo cuando lo llamaba injusto?

    C.S. Lewis (1996). “Joyful Christian”, p.7, Simon and Schuster