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  • Porque el destino de una mujer es ser paciente y silenciosa, esperar como un fantasma mudo, hasta que una voz interrogante disuelva el hechizo de su silencio. Así es la vida interior de tantas mujeres que sufren Sin sol y silenciosa y profunda, como ríos subterráneos Que corren por cavernas de oscuridad.

    Henry Wadsworth Longfellow (1992). "Poemas favoritos", p.48, Courier Corporation