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Pensé que lo más hermoso del mundo debía de ser la sombra, el millón de formas móviles y los callejones sin salida de la sombra. Había sombras en cajones y armarios y maletas, y sombras bajo las casas y los árboles y las piedras, y sombras en el fondo de los ojos y las sonrisas de la gente, y sombras, kilómetros y kilómetros y kilómetros de sombras, en el lado nocturno de la Tierra.