-
Se ha observado con frecuencia que parece haberse reservado al pueblo de este país decidir, por su conducta y ejemplo, la importante cuestión de si las sociedades de hombres son realmente capaces o no de establecer un buen gobierno a partir de la reflexión y la elección, o si están destinadas a depender para siempre, para sus constituciones políticas, del accidente y la fuerza.