-
Ojalá todo fuera tan sencillo. Si sólo hubiera personas malvadas en algún lugar cometiendo insidiosamente actos malvados, y sólo fuera necesario separarlas del resto de nosotros y destruirlas. Pero la línea que divide el bien y el mal atraviesa el corazón de todo ser humano. ¿Y quién está dispuesto a destruir un trozo de su propio corazón?