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A cinco brazas yace tu padre;
De sus huesos están hechos los corales;
Son perlas sus ojos;
Nada de él se desvanece,
sino que sufre un cambio
En algo rico y extraño.
Las ninfas del mar suenan cada hora:
Ding-dong.
¡Escuchad! Ahora las oigo - Ding-dong, campana.