Autores:
  • No hay nada de iluminado en encogerse para que los demás no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos estamos hechos para brillar, como los niños. Hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que hay en nosotros. No está sólo en algunos de nosotros; está en todos, y cuando dejamos brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a los demás para que hagan lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a los demás.

    Marianne Williamson (2012). "Un curso para perder peso: 21 lecciones espirituales para renunciar a tu peso para siempre", p.230, Hay House, Inc.