Autores:
  • Ningún hombre es una isla, entero de sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte del principal. Si un terrón es arrastrado por el mar, Europa es lo de menos, lo mismo que si lo fuera un promontorio, lo mismo que si lo fuera una finca de tu amigo o de la tuya propia: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy implicado en la humanidad, y por eso nunca mando a saber por quién doblan las campanas; doblan por ti.

    Devotions upon Emergent Occasions no. 17 (1624)