-
El gusto por la ironía ha evitado que se rompieran más corazones que el sentido del humor, porque hace falta ironía para apreciar la broma que se hace a uno mismo.
El gusto por la ironía ha evitado que se rompieran más corazones que el sentido del humor, porque hace falta ironía para apreciar la broma que se hace a uno mismo.