Autores:
  • Las actrices pueden volverse escandalosamente pretenciosas sobre su aspecto. La vida no es eso. Si te matas de hambre hasta el punto de que tus neuronas se marchitan, nunca harás un buen trabajo. Y si eres demasiado consciente de que tus brazos se agitan al viento, ¿cómo puedes mirar al otro actor a los ojos para responderle?