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No podemos culpar a los niños por ocuparse de Facebook en lugar de jugar en el barro. Nuestra sociedad no da prioridad a la conexión con la naturaleza. De hecho, con demasiada frecuencia les decimos que es sucia y peligrosa.
No podemos culpar a los niños por ocuparse de Facebook en lugar de jugar en el barro. Nuestra sociedad no da prioridad a la conexión con la naturaleza. De hecho, con demasiada frecuencia les decimos que es sucia y peligrosa.