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La mujer que apela a la vanidad de un hombre puede estimularlo, la mujer que apela a su corazón puede atraerlo, pero es la mujer que apela a su imaginación la que lo consigue.
La mujer que apela a la vanidad de un hombre puede estimularlo, la mujer que apela a su corazón puede atraerlo, pero es la mujer que apela a su imaginación la que lo consigue.