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La mujer fue dada al hombre como ayuda. Esa asociación complementaria está idealmente representada en el matrimonio eterno de nuestros primeros padres: Adán y Eva. Trabajaron juntos; tuvieron hijos juntos; oraron juntos; y enseñaron a sus hijos el evangelio juntos. Este es el modelo que Dios quiere que imiten todos los hombres y mujeres justos.