-
Algún día, cuando la paz haya vuelto a este extraño mundo, quiero volver a Londres y asomarme a cierto balcón en una noche de luna y contemplar la apacible curva plateada del Támesis con sus puentes oscuros.
Algún día, cuando la paz haya vuelto a este extraño mundo, quiero volver a Londres y asomarme a cierto balcón en una noche de luna y contemplar la apacible curva plateada del Támesis con sus puentes oscuros.