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El capitalismo ataca y destruye todos los sentimientos más finos del corazón humano; barre sin piedad las viejas tradiciones e ideas opuestas a su progreso, y explota y corrompe las cosas que antes se consideraban sagradas.
El capitalismo ataca y destruye todos los sentimientos más finos del corazón humano; barre sin piedad las viejas tradiciones e ideas opuestas a su progreso, y explota y corrompe las cosas que antes se consideraban sagradas.