La especie humana se encuentra ahora en un punto en el que tiene que tomar decisiones que van a determinar si es siquiera posible una supervivencia decente. La catástrofe medioambiental, incluida la guerra, tal vez las pandemias, son cuestiones muy serias y no pueden abordarse dentro de la estructura actual de las instituciones. Eso es casi un hecho. Tiene que haber cambios realmente significativos, y sólo los movimientos populares de masas realmente eficaces pueden introducir y llevar adelante tales iniciativas, como de hecho ocurrió durante la década de 1930.