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  • Hace cuatro años, luchaba por el título mundial en Puerto Rico. Los espectadores hablaban mal de mí; me llamaban maricón. Le dijeron a mi oponente que me arrancara las plumas. En Puerto Rico, cuando se habla despectivamente de un gay, se le llama pato. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo tenía que cambiar.

    Fuente: www.spiegel.de