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  • Nuestro objetivo -nuestro único objetivo- es estar en casa en Cristo. Él no es un parque de carretera ni una habitación de hotel. Él es nuestra dirección postal permanente. Cristo es nuestro hogar. Es nuestro lugar de refugio y seguridad. Nos sentimos cómodos en su presencia, libres para ser nosotros mismos. Conocemos su camino. Conocemos su corazón y sus caminos. En él descansamos, en él nos alimentamos. Su techo de gracia nos protege de las tormentas de la culpa. Sus muros de providencia nos protegen de los vientos destructivos. Su chimenea nos calienta en los inviernos solitarios de la vida. Permanecemos en la morada de Cristo y nunca la abandonamos.

    Fuente: www.biblegateway.com