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  • En los albores de la revolución de Internet se pecó de una ingenuidad conmovedora cuando se dijo que Internet sortearía la censura como sortea los daños. En cualquier revolución, la clase dirigente se pone al día y se las ingenia para fastidiarla. La respuesta es hacer que la tecnología avance lo suficientemente rápido como para que quienes intentan controlarla no puedan hacerlo. La gente tiene que defender lo que le importa. No debemos darnos por satisfechos con que estas cosas vayan a ser una fuerza para el bien.

    Fuente: www.sfgate.com