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Si te das cuenta de que la felicidad última de todos no depende del desorden de las emociones de uno u otro sexo, sino de la armonización de las emociones, todos los problemas se desvanecerán.
Si te das cuenta de que la felicidad última de todos no depende del desorden de las emociones de uno u otro sexo, sino de la armonización de las emociones, todos los problemas se desvanecerán.