Autores:
  • El título de cristiano es un reproche para nosotros, si nos distanciamos de Aquel por quien nos denominamos. El nombre de Jesús no debe ser para nosotros, como el Alá de los Mahometanos, un talismán o un amuleto para llevar en el brazo, como una insignia externa meramente y símbolo de nuestra profesión, y para preservarnos del mal por alguna potencia misteriosa e ininteligible; sino que debe estar grabado profundamente en el corazón, allí escrito por el dedo de Dios mismo en caracteres eternos.

    William Wilberforce (2005). “A Practical View of Preferred Christians”, p.54, Cosimo, Inc.