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  • Un viajero en medio del paisaje de los Alpes, rodeado de la más sublime demostración del poder de Dios, tuvo la osadía de escribir junto a su nombre, en un álbum guardado para los visitantes, "Un ateo". Otro que le siguió, escandalizado e indignado por la inscripción, escribió debajo: "Si es ateo, es un tonto; si no, es un mentiroso".