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  • Si nuestro cristianismo ha dejado de ser serio en cuanto al discipulado, si hemos diluido el Evangelio en una exaltación emocional que no plantea exigencias costosas y que no distingue entre la existencia natural y la cristiana, entonces no podemos evitar considerar la cruz como una calamidad cotidiana ordinaria, como una de las pruebas y tribulaciones de la vida. Hemos olvidado entonces que la cruz significa rechazo y vergüenza, además de sufrimiento .