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  • Cuando te despiertes y el corazón te dé un vuelco o sientas tensión en la espalda, o desarrolles cualquier otro problema, debes dejar que tu mente se dirija al dolor, y el propio dolor regurgitará en tu cuerpo el recuerdo que originalmente te hizo reprimirlo. De este modo, el dolor va al canal correcto en lugar de ser reprimido de nuevo, como ocurre si te tomas una pastilla o un baño, diciendo "Bueno, ya se me pasará". La mayoría de la gente canaliza su dolor hacia Dios o hacia la masturbación o hacia algún sueño para conseguirlo.

    Fuente: www.counterpunch.org