La masturbación no es físicamente necesaria. Ya existe una forma mediante la cual el sistema masculino alivia el exceso de líquido espermático con bastante regularidad a través de la emisión nocturna o sueño húmedo. El flujo menstrual mensual expulsa el óvulo femenino y limpia el útero. En ambos sexos, las tensiones físicas o emocionales pueden liberarse mediante una actividad vigorosa. Por lo tanto, en un sentido biológico, la masturbación para cualquiera de los sexos no es necesaria. En un sentido evangélico, es un pecado: La masturbación, una indiscreción bastante común, no es aprobada por el Señor... independientemente de lo que puedan decir otras personas cuyas "normas" son más bajas.