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Cuando empezamos, queríamos las chicas, la cocaína, los abrigos de piel. No era una actuación; era casi como si la gente de clase trabajadora ganara la quiniela. Nos volvimos locos.
Cuando empezamos, queríamos las chicas, la cocaína, los abrigos de piel. No era una actuación; era casi como si la gente de clase trabajadora ganara la quiniela. Nos volvimos locos.