-
Ninguna sociedad ha podido abolir la tristeza humana, ningún sistema político puede librarnos del dolor de vivir, de nuestro miedo a la muerte, de nuestra sed de absoluto. Es la condición humana la que dirige la condición social, y no a la inversa.
Ninguna sociedad ha podido abolir la tristeza humana, ningún sistema político puede librarnos del dolor de vivir, de nuestro miedo a la muerte, de nuestra sed de absoluto. Es la condición humana la que dirige la condición social, y no a la inversa.