-
Ahora tenemos dos opciones: Podemos empezar a operar en los puntos calientes de Italia y Grecia y seguir sin hacer nada, en cuyo caso pronto estarían desbordados. O podemos mostrar responsabilidad y organizar un sistema de distribución que tenga en cuenta los límites de cada Estado miembro. Los migrantes, por su parte, deben reconocer que, si bien tienen derecho a la protección, no tienen derecho a elegir libremente el país. Además, está claro: no todo el mundo puede venir a nosotros.