-
El sentimiento más dulce de la mortalidad es darse cuenta de que Dios, nuestro Padre Celestial, nos conoce a cada uno de nosotros y generosamente nos permite ver y compartir Su poder divino para salvar.
El sentimiento más dulce de la mortalidad es darse cuenta de que Dios, nuestro Padre Celestial, nos conoce a cada uno de nosotros y generosamente nos permite ver y compartir Su poder divino para salvar.