-
Nada hay más indigno de un hombre sabio, ni que deba preocuparle más, que haber concedido a las cosas insignificantes e inútiles más tiempo del que merecen.
Nada hay más indigno de un hombre sabio, ni que deba preocuparle más, que haber concedido a las cosas insignificantes e inútiles más tiempo del que merecen.