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  • Dios no creó la lucha entre razas, ni pretendía que fuera así. Las luchas entre razas y grupos étnicos provienen del pecado, y el pecado reside en el corazón humano. La Biblia dice: "¿Qué es lo que causa las peleas y los pleitos entre vosotros? ¿No provienen de vuestros deseos que luchan en vuestro interior?". (Santiago 4:1). Cuando un grupo o una raza afirma que es superior a otro, el orgullo ha tomado el control, y el orgullo es pecado. En cambio, Dios quiere que aprendamos a aceptarnos y amarnos unos a otros, y esto es posible cuando entregamos nuestras vidas a Cristo y permitimos que Él nos cambie desde dentro.

    FaceBook post by Billy Graham from Aug 09, 2015