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  • No puede haber mejor instrucción... que la de que todo hombre que deba tratar con su prójimo siga estos mandamientos. 'Todo lo que queráis que los demás hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos', y 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. Si siempre se siguieran estos mandamientos, todo se instruiría y arreglaría por sí mismo; entonces no se necesitarían libros de leyes, ni tribunales, ni acciones judiciales. Todo se arreglaría tranquila y sencillamente, pues el corazón y la conciencia de cada uno le guiarían.