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Si los jóvenes tuvieran amor, esperanza, verdadera educación, las artes, vidas plenas y significativas no se unirían a las pandillas. Mi vida desde que viví la pandilla y las drogas ha estado dirigida a hacer positivo lo que significa ser chicano, humano, hombre, mujer, y sobre cómo sacar la imaginación y la creatividad que todas las personas tienen.