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La mujer es la encarnación del sacrificio y el sufrimiento y su llegada a la vida pública debería, por tanto, tener como resultado purificarla, frenar la ambición desenfrenada y la acumulación de bienes.
La mujer es la encarnación del sacrificio y el sufrimiento y su llegada a la vida pública debería, por tanto, tener como resultado purificarla, frenar la ambición desenfrenada y la acumulación de bienes.