Podemos contar a la gente reglas empíricas abstractas que hemos extraído de experiencias anteriores, pero es muy difícil que otras personas aprendan de ellas. Nos cuesta recordar tales abstracciones, pero podemos recordar más fácilmente una buena historia. Las historias dan vida a las experiencias pasadas. Las historias hacen que los acontecimientos de la memoria sean memorables para los demás y para nosotros mismos. Ésta es una de las razones por las que a la gente le gusta contar historias.