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  • La gracia es en gran medida un don natural; la elegancia implica cultivo; o algo de carácter más artificial. Una muchacha rústica e inculta puede ser agraciada, pero una mujer elegante debe ser culta y estar bien formada. Ocurre lo mismo con las cosas que con las personas; hablamos de un árbol gracioso, pero de una casa u otro edificio elegante. Los animales pueden ser graciosos, pero no elegantes. Los movimientos de un gatito o de un cervatillo están llenos de gracia, pero llamarlos animales "elegantes" sería absurdo.

    Elizabeth Jane Whately, Richard Whately (1860). “A Selection of English Synonyms”, p.59