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  • El trance alcohólico no es sólo una neblina, como si los ojos también estuvieran desencajados. No es un simple zumbido en los oídos, un mareo o una alteración del equilibrio. Uno llega de nuevo al jardín, a la hora de la guardería, cuando se da de comer a los tiernos animales y en todo el mundo sólo hay juguetes.

    William H. Gass (1978). “The world within the word: essays”, Alfred A. Knopf