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  • La fealdad y la miseria son caldo de cultivo para la revolución. La belleza conduce a la tranquilidad, a la felicidad. El embellecimiento de los hogares y los lugares de culto comenzó con los albores de la civilización. El embellecimiento de los lugares de trabajo está en pañales. Sin embargo, dado que los hombres suelen pasar más de la mitad de sus horas de vigilia en el trabajo, sin duda es importante que se dedique la atención adecuada a elevar su entorno de trabajo, ya sea oficina o fábrica, fundición o taller mecánico, mina o almacén. Un entorno bello fomenta sutilmente una vida bella. Un entorno monótono, el aire viciado, la mala luz, provocan malas reacciones.