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Qué melancólico es el éxito. Mientras que el fracaso inspira a un hombre, el logro lee la triste lección prosy que todas nuestras glorias "Son sombras, no cosas sustanciales". En verdad dijo el refrán, "la desilusión es la sal de la vida" un amargo saludable que fortalece la mente para un nuevo esfuerzo, y da un doble valor al premio.