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  • Hablamos de nosotros mismos como "emancipados" cuando conseguimos el voto. Sin embargo, seguimos siendo esclavas de lo superficial y lo superfluo. Nos preocupamos por la longitud de nuestras faldas, por el último lápiz de labios, por la última moda en sombreros. Nos impresionan los anuncios que insisten en que debemos ser seductoras; debemos adoptar un peinado que nos lleve mucho tiempo, debemos pasar horas con la "esteticista", debemos asistir a desfiles de moda. Mientras las mujeres nos preocupemos por cosas que no son esenciales, sufriremos de infantilismo, pasividad y la desilusión final que resulta de una vida trivial e improductiva.