-
En nuestra generación no existe un marco acordado. Todas las cuestiones están en el aire. La moralidad ya no tiene una teología amplia en la que apoyarse. Ya no somos una "nación cristiana", ni siquiera una "cultura judeocristiana".
En nuestra generación no existe un marco acordado. Todas las cuestiones están en el aire. La moralidad ya no tiene una teología amplia en la que apoyarse. Ya no somos una "nación cristiana", ni siquiera una "cultura judeocristiana".