-
El hombre más inocente, presionado por las horribles solemnidades de la acusación y el juicio públicos, puede ser incapaz de apoyar su propia causa. Puede estar completamente incapacitado para contrainterrogar a los testigos en su contra, para señalar las contradicciones o defectos de su testimonio. Y para contrarrestarlo introduciéndolo adecuadamente y aplicando el suyo propio.