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La ley... dictada por Dios mismo es, por supuesto, superior en obligación a cualquier otra. Es obligatoria en todo el mundo, en todos los países y en todo momento. Ninguna ley humana tiene validez si es contraria a ella.
La ley... dictada por Dios mismo es, por supuesto, superior en obligación a cualquier otra. Es obligatoria en todo el mundo, en todos los países y en todo momento. Ninguna ley humana tiene validez si es contraria a ella.