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  • No pienses por qué cuestionas, simplemente no dejes de cuestionar. No te preocupes por lo que no puedes responder y no intentes explicar lo que no puedes saber. La curiosidad es su propia razón. ¿No te sobrecoge contemplar los misterios de la eternidad, de la vida, de la maravillosa estructura que hay detrás de la realidad? Y éste es el milagro de la mente humana: utilizar sus construcciones, conceptos y fórmulas como herramientas para explicar lo que el hombre ve, siente y toca. Intenta comprender un poco más cada día. Ten una santa curiosidad.

    "Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man" by William Hermanns, (p. 138), 1983.