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  • Estaba junto a un afamado geopolítico cuando se recibieron las primeras noticias del ataque argentino [a las islas Faulkland], y le oí musitar incrédulo: "Una batalla naval a la vieja usanza. Una guerra entre dos naciones civilizadas, quizá incluso con una declaración de guerra, y más tarde una conferencia de paz. Vaya". Sin rehenes, sin armas nucleares, sin ideologías, sin fanatismo religioso; sólo una guerra justa por los intereses nacionales, algo difícil de creer en los tiempos que corren.